Un año más regresamos de Bialowieza (Polonia) con las tarjetas cargadas de buenas fotos y nuestras mentes y corazones repletos de experiencias y buenos momentos compartidos. Se trata de uno de nuestros viajes fotográficos más cortos, pues entre que salimos de casa y regresamos ha pasado una semana. Sin embargo, son tantas las experiencias vividas y las maravillas que vimos que parece que hayamos estado fuera un mes entero.
Los primeros cuatro días del viaje los pasamos enteramente en Bialowieza, alternando los safaris en busca de bisontes y otra fauna con las estancias en aguardo para fotografiar rapaces. Como de costumbre, pudimos contar con la colaboración de OM-Digital Solutions para contar con algo de material extra para este viaje. En este caso unos prismáticos 8×42 Pro, un 300 mm f4 y el pez gordo: el 150-400 f4.5, que pudimos probar a gusto y ponerlo a prueba en situaciones de poca luz con resultados extraordinarios.
Los safaris de fauna dieron como resultado un gran número de avistamientos de bisonte europeo (la estrella del viaje), que pudimos fotografiar al amanecer, con día nublado, con el entorno nevado y con sol, además de encontrar individuos solitarios, grupos y madres con crías.
Sin embargo, el bisonte no fue el único gran mamífero avistado y fotografiado en Bialowieza. También tuvimos la oportunidad de fotografiar en varias ocasiones ciervo rojo, corzo, zorro y como colofón, una manada de lobos que recientemente habían abatido y devorado por completo un ciervo.
Nuestras experiencias con las rapaces no fueron menos fructíferas. Durante las estancias en aguardo pudimos observar al majestuoso pigargo europeo, pero también al águila real y numerosos ejemplares de ratoneros, además de dos especies de picapinos y los omnipresentes arrendajos, urracas, carboneros, herrerillos, picogordo y trepador azul.
No obstante, si un ave nos sorprendió fue el cárabo gavilán. Se trata de un ave que habita en la parte norte de Eurasia y Norteamérica que toma su nombre de su apariencia de halcón. Esta aparentemente desubicada rapaz (pues no se encuentra en Polonia) es una gran cazadora diurna, cosa que pudimos comprobar tras un buen rato de observación.
El quinto día y antes de despedirnos de Bialowieza visitamos su parte más importante: la zona estrictamente protegida del bosque primario, donde gracias a nuestro guía local experto pudimos aprender la importancia de mantener los bosques inalterados por el hombre.
Los últimos dos días los pasamos en el parque vecino de Biebrza, donde encontramos otro tipo de terreno, con bosques alterados por el ser humano y zonas de humedal. Aquí nuestra atención se centró en fotografiar alces, cosa que pudimos hacer con gran éxito, pues en total avistamos más de una decena de ejemplares, entre ellos una familia con una cría.
La sorpresa final del viaje fue poder observar y fotografiar cómo las nutrias pescaban ayudándose de la capa superior del río, que estaba congelada gracias a las bajas temperaturas invernales. La nutria utiliza esta capa helada como repisa o mirador, situándose estratégicamente sobre el pez para saltarle encima sin ser detectada.
Si una cosa nos ha dejado un sabor agridulce es que la semana antes del viaje tuvimos dos bajas entre nuestros viajeros, que tuvieron que quedarse en casa y perderse esta aventura. De todos modos esperamos su retorno en 2023 con los brazos abiertos. Aquí os dejamos con nuestra foto de grupo súper reducido y aprovechamos para agradecer su compañía a Fina, Joan, Francesc y Elena, y a nuestros guías y anfitriones Marek, Renata, Marian, Renata (2) y Joao por darnos una vez más tan buena acogida.
Os dejamos con algunas imágenes más del viaje y os avisamos que ya tenemos bastante llena la lista de participantes para 2023, así que si pensáis en venir no tardéis en avisar. Accede a la página del viaje aquí.