Este está resultando un año complicado en cuanto a viajes debido al coronavirus. En enero y febrero tuvimos que anular dos grupos completos de viajeros que pretendían visitar el bosque primario de Bialowieza bajo un manto invernal. Recientemente la situación cambió, y pese a que no era el plan inicial, un grupo de aventureros se animaron a acompañarnos en una nueva y especial edición de primavera.
Esta edición se creó únicamente para ellos, que llevaban meses soñando con esta aventura truncada por la pandemia. La apuesta nos ha salido más que bien, como podréis comprobar.
Cambio de planes: Bialowieza en primavera
Uno de los principales motivos de programar este viaje fotográfico en invierno es la espectacularidad de los paisajes nevados y la interacción de la fauna salvaje envuelta en esta atmósfera fría. Al cambiar este viaje a primavera sacrificábamos esta posibilidad. Sin embargo, durante los primeros días las temperaturas bajas propiciaron una buena nevada que durante un par de días nos dio la oportunidad de catar lo que significa un invierno en la zona.
El bisonte europeo
Otra diferencia con la opción invernal era que en primavera es prácticamente imposible avistar bisonte europeo, pues estos se esconden en el bosque, sobre todo las madres y crías. Sin embargo sucedió algo extraordinario: de los cuatro días que pasamos en Bialowieza pudimos ver y fotografiar bisontes los tres últimos días. No solo eso, sino que además pudimos hacerlo con diferentes luces y condiciones meteorológicas. Por si fuera poco, no solamente fotografiamos machos solitarios sino que pudimos ver en un par de ocasiones a las hembras con sus crías. Sin duda, un espectáculo maravilloso.
Otro visitante invernal que por lo visto alargó su estancia en el bosque es el pigargo europeo, que se dejó ver en un par de ocasiones durante el viaje.
Una explosión de vida salvaje
Finalmente un gran regalo de este cambio de fechas inesperado fue la explosión de vida salvaje. Jamás en invierno hubiéramos podido gozar de tantas especies. En total hemos podido ver y fotografiar un total de 9 especies de mamíferos (corzo, ciervo, lobo, bisonte, zorro, marta, castor, ardilla y alce) y una treintena de especies de aves, entre las cuales siete son rapaces.
El bosque primario
Sin duda, uno de los momentos mágicos fue la visita al bosque primario. Los troncos caídos en descomposición se mezclaban con la vegetación primaveral, que creaba una bonita alfombra verde y blanca. Nuestra visita al bosque coincidió con el paso de una de las pocas manadas de lobo que hay en la zona y pese a la fugaz visión de su presencia fue divertido estudiar las marcas que habían dejado en su recorrido. A través de los excrementos aprendimos a ver qué partes del animal ha comido el lobo y si se trata de un lobo alfa u otro miembro de la manada.
Las rapaces
Las rapaces nos mantuvieron bien entretenidos. Sin duda los momentos más impresionantes los protagonizaron el azor y las águilas pomeranas. Estas últimas concretamente nos regalaron una breve pero intensa cópula y algunos otros momentos más o menos románticos, por así decirlo.
Otras apariciones más puntuales las protagonizaron el busardo ratonero (bastante omnipresente), el pigargo europeo y el aguilucho lagunero (ya en la zona de Biebrza). Aun así muy curiosa fue la experiencia de ver y fotografiar rapaces nocturnas como el búho pigmeo o el cárabo común.
El parque de Biebrza
Después de unos días de grandes emociones y tremendos madrugones nos dirigimos a la zona de Biebrza para cambiar el tipo de paisaje de bosque a humedal, con su correspondiente cambio faunístico.
En esta zona pudimos tener nuevos encuentros con los alces y una emocionante aventura nocturna en busca de castores. Descubrimos los paisajes de la zona por tierra (en coche) y río (en barco) para fotografiar desde puntos de vista diferentes y gozando así de una experiencia más completa. Algunas de las especies más omnipresentes fueron el avefría, el fumarel aliblanco, el cisne y el combatiente.
Fin de la aventura
Ahora ya en casa, hace falta un buen puñado de horas o días para organizar y revelar todas las fotografías resultantes. Ha sido una semana muy intensa, con los obturadores a 1000 por hora y echando humo, pero también ha sido una semana muy intensa a nivel de experiencias compartidas. Agradecemos muchísimo a nuestros viajeros por apostar por realizar este viaje con nosotros en un momento tan complicado y estamos seguros que hablamos por todos cuando decimos…. ¡Mereció la pena!
Os dejamos con la foto de grupo de esta aventura y una pequeña galería para que veáis qué más pudimos ver y hacer durante estos días. El año que viene tenemos dos fechas para repetir este viaje, ahora sí, en su versión original invernal (haz clic aquí para acceder). De todos modos vamos a mantener la posibilidad de organizar un grupo de primavera bajo demanda, así que ya sabéis 😉
1 comentario en “Bialowieza 2021: Crónica y fotos”
Tal que así y mucho mas…
Moltes gràcies Marta i Tato.
També als companys Jaume, Jóse, Anggi i Joan per compartir l’expèriencia. Fins la propera amics.