Parece mentira, pero poco a poco hemos llegado al último de nuestros phototrekkings de otoño y el último del año. Además, El bosque umbrío era una de nuestras incorporaciones para 2023 y estamos muy contentos de ver que ha sido un éxito.
Nos reunimos para desayunar y aproximarnos juntos al punto de inicio de nuestra aventura fotográfica de hoy. El primer tramo, una pista de tierra con amplias vistas a ambos lados, nos sirvió de calentamiento, tanto para nuestras piernas como para nuestras composiciones, que exigían fijarse en detalles que a cualquiera podrían pasar desapercibidos.
Sin embargo, la fiesta comenzó cuando nos adentramos en un sendero rodeado bosque, donde poco a poco pasamos al reino de las sombras. No importaba si el día estaba nublado o soleado, pues unas altas paredes de piedra rodeadas de vegetación densa nos mantenían fresquitos, a la vez que protegían nuestros encuadres de luces molestas.
Sin embargo, es curioso que a pesar de la grandiosidad del lugar, los fotógrafos siempre nos acabamos fijando en los detalles más pequeños. Concretamente, los hongos captaron nuestra atención, sobre todo en el caso de algunos ejemplares translúcidos, que nos permitieron jugar con la luz y adoptar puntos de vista más extremos de lo habitual.
Pero no solo los hongos captaban nuestra atención. También lo hacían los numerosos helechos que se descolgaban de las paredes y tapizaban el sotobosque. Y es que, pese a la falta de luz, la vegetación se abría camino por cualquier recoveco; incluso algunos árboles parecían surgir directamente de las paredes de roca, retorciéndose a la vez que ganaban altura en busca de la luz del sol.
Pasamos gran parte del día dentro de este bosque mágico, pero en algún momento tocaba continuar nuestro camino, así que seguimos hasta un promontorio rocoso, donde saboreamos nuestros bocadillos con temperaturas más agradables y unas buenas vistas.
En la distancia pudimos ver cómo el bosque se distribuía en las montañas del entorno: a nuestra izquierda predominaban los árboles de hoja perenne, con sus inmortales verdes, mientras que a nuestra derecha, los colores del otoño se mostraban con toda su intensidad.
Después de comer seguimos con nuestra aventura, resiguiendo esta pequeña sierra por su zona más elevada, pero perdiendo poco a poco altura hasta recuperar el punto inicial del camino, cerrando así un maravilloso día de fotografía en la naturaleza.
Gracias por acompañarnos en esta primera edición de El bosque umbrío a Ramon, Araceli, Fina, Fernando, Eduardo y José Luis. Esperamos veros pronto en otra fantástica aventura. Y tú, que estás leyendo esta crónica y te estás muriendo de envidia por no haber venido, ya puedes revisar nuestros próximos phototrekkings aquí.
