Llegamos al Montseny bajo una ligera niebla. Sin embargo y pese a nuestras plegarias, en poco tiempo se disipó, dejando que la magia durara un breve lapso de tiempo. Aun así, dado a que nuestro hayedo se ubica en la umbría de la montaña, ello nos proporcionó sombra prácticamente durante toda la excursión. Esto es fantástico en escenas de bosque, donde el contraste lumínico dificulta la parte fotográfica.
Nuestra ruta empezaba con un breve pero fotogénico “campo a través”, que nos permitió descubrir rincones alejados de los caminos, y que a su vez nos permitió sentirnos unos verdaderos aventureros.
Lo primero que nos sorprendió fue el detalle del follaje congelado en el suelo, a causa de las bajas temperaturas, que nos recordaron que el invierno está a la vuelta de la esquina.
Una vez alcanzado el sendero original, nos percatamos que éramos las únicas personas en aquél lugar: el hayedo y nosotros cara a cara, descubriéndonos mutuamente. Algunos participantes se centraron en los colores del follaje, otros en las formas de las ramas y raíces. Incluso hubo un momento para practicar y aprender nuevas técnicas fotográficas.
El frío no nos amedrentó, e incluso después de congelar las aguas del río, la calidez del grupo y las ganas de disfrutar hicieron que la jornada no terminara hasta la puesta de sol, reflejada en las hayas de nuestro alrededor. Sin duda, el protagonista de este Phototrekking fue este enorme apagador (Macrolepiota procera), que hizo las delicias del grupo entero, dando paso a la fotografía de grupo más curiosa que hemos hecho hasta la fecha
Agradecemos a los participantes su asistencia y animamos a los que no hayáis venido esta vez, a que os animéis a la próxima. Próximamente más phototrekkings en: http://indomitus.eu/formacion/
Os dejamos con una selección de fotos del pohototrekking “el hayedo sin nombre”