Año nuevo, fotos nuevas, así que hoy nos ponemos las pilas y publicamos la primera crónica y las primeras fotos de 2025. Y es que esta semana hemos realizado nuestro primer phototrekking del año, y el lugar escogido ha sido la Costa Brava.

Los fuertes vientos de los días previos aseguraban unas buenas olas, que nos permitirían jugar mucho con las exposiciones largas, y es que esta era la temática estrella del día. Después de un buen desayuno hemos pasado un rato comentando los diferentes filtros de fotografía habituales, su uso y otros detalles técnicos. Después hemos comenzado a caminar por un agradable y sencillo camino de ronda que nos ha permitido descubrir mil y un rincones para practicar.

El viento soplaba con fuerza al inicio de la ruta y había que tener mucho cuidado con la trepidación… ¡Y con que nada saliera volando! Por suerte, al poco rato hemos dejado el viento atrás gracias a las rocas y las construcciones del propio camino de ronda y todo ha sido bastante más sencillo y agradable.

El día comenzaba muy soleado, lo cual nos ha permitido sacar el máximo provecho a los filtros de densidad neutra y comprobar que también podemos realizar largas exposiciones con sol gracias a ellos. El resultado son unas fotografías bien curiosas, con las rocas iluminadas por el sol y el mar sedoso gracias al ir y venir de las olas.

El recorrido es corto y sencillo, pero alberga tantas escenas interesantes que a veces parte del grupo se retrasaba. Por suerte, esto es lo bueno de ser dos guías o profesores de fotografía, que siempre podemos desdoblarnos con facilidad.

A lo largo del recorrido hemos podido fotografiar estupendos paisajes de costa; bonitas estampas en las que las olas rompen en un mar azulado frente al camino de ronda y las casitas blancas. En alguna ocasión incluso hemos podido añadir algún pescador en nuestras composiciones. Sin embargo, también ha sido posible fotografiar interesantes detalles y enfatizar el contraste entre la rugosidad de las rocas costeras con el fluir constante del agua.


Por la tarde, cuando el sol ha empezado a caer, se han intensificado las nubes, augurando una preciosa puesta de sol. Mientras regresábamos por el mismo camino hacia el punto donde queríamos retratar los colores del ocaso nos hemos dedicado a buscar gaviotas y otras aves para incorporarlas en nuestras fotografías. Hemos encontrado algunas, pero muy bien colocadas, con fondos que daban mucho juego.

Al final, y casi sin darnos cuenta, el cielo ha comenzado a arder con tonos naranjas, rojos y magentas, que se reflejaban sobre el mar. Mientras, las gaviotas observaban a estos locos fotógrafos tratando de captar el arte de la naturaleza.


Gracias por acompañarnos: Ana, Carmen, Ricard, Núria, Xavier y Carme. Ha sido un placer compartir este primer phototrekking del año con vosotros. Y tú, que estás leyendo esta crónica y te estás muriendo de envidia por no haber venido en esta ocasión, ya puedes revisar nuestros próximos phototrekkings aquí.
