Dimos pistoletazo de salida a nuestro Phototrekking tras un suculento desayuno, acompañados de cuatro gotas que no consiguieron asustarnos, y con un grupo de aventureros y fotógrafos preparados para una excursión de lo más interesante en la que por cierto, terminaron por acompañarnos unas temperaturas de lo más agradables, muy alejadas por lo que cabe esperar en un mes de febrero.
Nuestra primera parada nos permitió fotografiar diferentes elementos geológicos en un mismo lugar, presidido por una potente cascada. En este amplio espacio, pudimos caminar sobre una perfecta calzada de lava enfriada. El entorno, impactaba bastante tras el paso de la tormenta Gloria: las riadas se habían llevado gran parte de la maleza y habían dejado al descubierto elementos geológicos que hasta ahora quedaban ocultos por las “malas hierbas”
Tras pasar un buen rato disfrutando de este lugar, seguimos nuestro recorrido el cual nos llevó, después de pasar por los restos de un poblado íbero, hasta otro nuevo ejemplo de enfriamiento de lava. En este caso se podían apreciar mucho mejor las formaciones en forma de columna, pero además el musgo que crecía sobre las rocas e hizo las delicias de los asistentes con objetivos macro
Pero no solo la geología era el sujeto de nuestras fotografías, pues el camino que transcurre por el bosque fue muy interesante. El hecho de que se sitúa en una zona en la que el sol prácticamente no incide, hace que aparezca vegetación interesante como helechos y musgo sobre las rocas y entre los árboles. Algunos de estos árboles además quedaban retorcidos dando lugar a curiosas formas.
Un vez llegamos a la zona del río pudimos ver con claridad los efectos de Gloria, con una importante crecida del nivel del agua que a día de hoy aún no ha llegado del todo a la normalidad y con la presencia de una gran cantidad de escombros que el agua ha traído con la fuerte corriente.
Tras una breve parada para comer, llegamos al fin al que sin duda fue el rincón más disfrutado, pues se entremezclaba la majestuosidad de las columnas basálticas con la grandiosidad del lugar y un primer plano cubierto de musgo, contrastando con la roca del fondo.
Tras comprobar que, tal y como sospechábamos, la subida del río nos haría imposible cruzarlo, seguimos nuestra ruta a través de un camino alternativo que nos llevó a conocer la cara más rural de la ruta. Este nuevo camino transcurrió entre pastos, granjas y muchas… vacas. Además tuvimos la oportunidad de visitar una de ellas gracias a la amabilidad de una simpática granjera, que nos permitió acompañarla a alimentar a sus gallinas.
Finalmente, terminamos por regresar al punto final del recorrido con las últimas luces del día. Sin duda, una jornada muy entretenida, llena de curiosidades geológicas y mucha fotografía. Muchas gracias por venir Manel, Ceci, Eduard, Ariel, Jordi, José Manuel i Xavier. ¡Esperamos que lo hayáis pasado tan bien como nosotros y que pronto nos volvamos a encontrar!
Y si estás leyendo estas líneas y te lamentas de haberte perdido esta aventura fotográfica, no te pierdas la próxima. Puedes ver lo que tenemos programado aquí: http://indomitus.eu/phototrekking/
Aquí os dejamos una selección de algunas imágenes para que veáis como se vivió este Phototrekking: