Parafraseando a Ortega y Gasset, “Viajar no es tan sólo moverse en el espacio; más que eso, es acomodar el espíritu, predisponer el alma y aprender algo nuevo”.
Estamos en uno de los pocos países del mundo donde el turismo es un elemento marginal sin apenas influencia en la sociedad y la cultura. Viajar a Pakistán supone tener que adaptarse a un modo de entender la vida completamente distinto al occidental. Quien lo consigue tendrá la fortuna de conocer un pueblo humilde y hospitalario que sacudirá los cimientos de sus ideas. Las múltiples experiencias que se viven pueden saturar nuestros sentidos, pero al mismo tiempo proporcionan un sinfín de oportunidades fotográficas. Rara vez los planes salen como se esperan.
En este viaje hemos visitado las ciudades de Rawalpindi, Lahore y Peshawar y sus alrededores. Hemos visto cosas sorprendentes, como el cambio de bandera en la frontera entre India y Pakistán, una fábrica artesanal de ladrillos, un taller donde pintan a mano los pintorescos camiones pakistanís, o una sesión de canciones poéticas en un santuario sufí. En Pakistán pocas cosas salen como se planifican, una característica que lejos de suponer un problema intensifica la experiencia vital. Si te gusta la aventura creo que Pakistán no te dejará indiferente. ¿Te animas a venir?
A continuación puedes ver una pequeña galería con algunas fotos tomadas durante la última edición de este viaje.
Si te has quedado con ganas de más o te gustaría participar en nuestro próximo viaje, ya estamos preparándolo. Consulta toda la información aquí: http://indomitus.eu/nuestros-destinos/pakistan/